La transformación digital del ocio post pandemia
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Llevar efectivo en el bolsillo podría dentro de unos años ser una mera costumbre del pasado. Con el desarrollo de las nuevas tecnologías, el avance digital ha comenzado a abarcar todo con cuanto el ser humano interactúa. Por ello se posicionan los pagos digitales cómo una revolución.
Frente a la situación del Covid-19, nos hemos visto obligados a adaptarnos en un nuevo entorno donde las relaciones se desarrollan en un entorno digital. Muchos aprendimos a ingresar nuestros datos y comprar por internet, aprendimos a desenvolvernos en un entorno digital.
Las grandes corporaciones tecnológicas como Google, Apple o Facebook lo tienen claro: Hay una oportunidad muy grande en el sector de los pagos digitales. Las dos primeras, habiendo desarrollado un fuerte sistema de pagos y carteras digitales. Están cada vez más presentes en las transacciones no solo en línea, sino en los negocios físicos mediante datáfonos.
Facebook, por otro lado, teniendo la plataforma líder de mensajería a nivel nacional, ha comunicado su intención de añadir la capacidad de realizar envíos de dinero a los contactos que tengas en su aplicación.
Sin embargo, si queremos hablar de líderes, no podemos ignorar el evidente éxito que han tenido empresas como WeChat y AliPay en el continente asiático. Las nombradas “superapps”, pretenden dominar el mercado de aplicaciones digitales ofreciendo un software todo en uno, que cubre todas las necesidades del usuario.
Lo que nació del concepto de transferencias entre usuarios se acabó convirtiendo en una aplicación, lo que permite pagar la compra, reservar un restaurante, alquilar un vehículo e incluso contratar una hipoteca.
El entorno de los pagos digitales se está desarrollando de tal forma que ya empieza a contar con su propio ecosistema. Las mismas instituciones bancarias son totalmente conscientes y se han hallado en la necesidad de readaptarse.
Muchas de estas están integrando nuevas tecnologías que les aportan diversas herramientas novedosas, como el uso de Inteligencia Artificial y Machine Learning para estudiar el perfil de sus clientes u poder controlar posibles intentos de fraude.
A pesar de todo, son varias las alternativas que han logrado superar este desafío y se encuentran ya presentes en el día a día de las personas. Los códigos QR han tomado una gran popularidad en apenas unos años.
Lo que fue presentado como la evolución del código de barras ha tomado una gran cantidad de funcionalidades. Desde ofrecer a clientes cupones y descuentos, como permitir pagos por compras o facturas.
Del mismo modo, la tecnología NFC se está empezando a implantar como norma general en todos los dispositivos móviles. Se incluyen en relojes inteligentes, carteras digitales, como Google Pay o Apple Pay. Permiten al usuario sincronizar su tarjeta de débito con su smartphone, lo que facilita pagar en los establecimientos del mismo modo que pagarían con una tarjeta mediante contactless.
El sector de los pagos digitales va a continuar evolucionando a medida que se vuelve más grande, más complejo y esté más integrado en la sociedad. Si algo está claro, es que la no va a dejar de seguir avanzado.
Prueba de ello es el surgimiento de las divisas digitales tales como el Bitcoin y otro tipo de criptomonedas, lo que significa que están descentralizados de cualquier gobierno.
El gran desafío al que se enfrentan tanto startups como grandes compañías es conseguir implantar el software como método de pago. Se pueden ofrecer variedad de funcionalidades como pagar multas y facturas sin desplazarse, sin embargo, si el cliente no confía en la seguridad del software, será complicado posicionarse como principal proveedor de pagos digitales.
Debido a la pandemia sufrida por el Covid-19, la gente se vio en la necesidad de adaptarse y aprender a integrar las tecnologías en las rutinas más esenciales de su día a día. Desde el teletrabajo hasta el hecho de pedir la compra por Internet, está claro que la digitalización es el presente y futuro de nuestra sociedad.
Los negocios han empezado a integrar sistemas que permiten al cliente volverse usuario, permitiéndole gestionar por su propia cuenta diferentes procesos, tales como solicitar una reserva, comprobar una factura o comunicar cualquier incidencia.
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